Hilos de poder, de la gran fuente, pequeñas esferas, flotando en un mar que necesita iluminar con su propia luz, intentando comprender su naturaleza, hasta llegar al todo para poder ser realmente, la manifestación devenir manifestando, pureza de conciencia sin la cascara improcedente para el único hallazgo constituido de la verdad.
Luz, sin desmantelar el velo, por no saber dónde comienza el sutil hilo y donde comienza la verdad intransferible del estado presente de la materia como cuerpo y espíritu, antes de ser realmente verdad y proceso de materialización.
El punto inflexible del haber sido, a ser nuevamente de la idea, el propósito que alberga la potestad en la armonía.
El estado efervescente del pensamiento de lo que percibimos y no vemos, a ser una parte del todo.
El canto sincronizando del éxtasis, sabiduría y experiencia cósmica, evaluando lo evaluado de la transformación a lo transformado. Al punto de auto crearse.
inmejorable estado en la plenitud del cosmos, formado de Amor , en la quietud de la mente al sentimiento que vibra a intensidades inimaginables para ser parte de ese grito afinado esta vez conectado de sol en sol de planeta en planeta, de vida a vida, con y sin formas pero con una mente tan poderosa que dejaría a la dualidad como un estado necesario para el primer momento del estado de la creación, para la comprobación auto sostenida del pensamiento a la acción, valorando las situaciones desde si y entorno universal, concentrando el poder a la transferencia de lo positivamente constructivo en cada uno y todos de los universos creados y creándores.
M.V.G.