He descubierto que el verdadero valor de los elementos, con
solo imaginarlo, me lleva a la
sensación de haber cumplido ante el misterioso
entrelazado divino, un espacio
del que brota como una explosión entre la
necesidad del deseo, a la transformación de corresponder…
Tal vez es porque al poder comprender esa constante
e ininterrumpida fuerza… de,
Dar!... se produce en el espacio que ocupa, la nobleza eterna de
su esencia infinita…
De ellos Solo usamos ese momento, el que nos abastece en la materia,
pero se realza al
conectar la necesidad de descubrir que no solo se abren frente a cada necesidad, al no eludir su resplandeciente compromiso y desplegar vida en todo el planeta…
Existe algo más que lo que se ve, La poesía esta nutrida por ellos…
El Amor esta complementado por ellos…
La Vida es el más fiel testimonio de su existencia…
Fuego, Aire, Agua, Tierra, son los que me emocionan cada vez que la
conexión de su espíritu se une a mi
pensamiento…
Creo que la razón si es que existe una, con respecto a la subsistencia espiritual de mi vida en el mismo orden lineal que la
sensación del amor, es la presencia de
su pureza…
Son estos los que
recobran el sentido real, dejando obstáculos vanos, al, ellos,
consagrarse como la principal eventualidad milagrosa de la vida en el
espíritu y la materia…
Cada vez que me uno a la esencia que forma la idea que ha edificado su existencia tomo una parte mía en respuesta
a semejante manifestación de éxtasis, ya que sin ellos no podría vivir y no por que formen una parte testimonial en
las características fundamentales para la vida del ser humano, sino porque la nobleza de su estado es la más
gloriosa sensación donde en cada uno de
ellos, hallo la verdadera paz…
en estas épocas de descubrimiento interno es el
hallazgo de, el alma de toda la
existencia, viendo representado a todos los universos que conforman
la idea que valora los estados inviolables del átomo divino ……sabiendo que no soy la
portadora de la idea que ex’pongo sobre estos, si no la mediadora, el canal y cada vez expuesta su idea, al contemplarla también me entrego y libero,
más paz…
María Verónica García